El Ayuntamiento cierra 2015 con un superávit contable de 5,2 millones de euros. El capítulo de Ingresos se cerró con unos derechos reconocidos de 53,91 millones de euros. El capítulo de Gastos ha obtenido un gasto efectivo u obligaciones reconocidas de 49,64 millones de €. La moratoria obtenida en el pago del crédito de 7,5 millones de euros y la subvención de los intereses devengados por parte del Gobierno, es lo que ha permitido obtener un superávit que permite ir enjugando los déficit arrastrados de los ejercicios precedentes.
A estas cuentas que ha presentado el PP, hay que reconocerles que van por buen camino, pero no podemos olvidar que los populares ostentan la Concejalía de Hacienda desde el año 2000 y esto nos hace pensar en la “doctrina del shock”, primero crean el problema, después hacen culpables a los ciudadanos (vivís por encima de vuestras posibilidades) y, más tarde, aplican políticas restrictivas; en este caso un aumento de impuestos (IBI, ICIO …), tasas y precios públicos.
Además si buceamos en los números, si vamos más allá de los resultados, si los diseccionamos y analizamos, encontramos datos que no pueden dejar de preocuparnos. En 2015, la cantidad pendiente de cobro es de 4,1 millones de euros. Una parte podría no cobrarse. Lo que no hemos cobrado en años anteriores asciende a 11,6 millones de euros, después de anular más de 8 millones que ya sabemos que no se van a cobrar nunca. Sin embargo, los 8,5 millones (deuda con acreedores, de los cuales más de 4 son deuda a empresas privadas) son gastos de obligado cumplimiento. Es decir, los gastos son seguros y los ingresos parcialmente dudosos. Luego el resultado, de unos 2,5 millones (remanente de tesorería) es pura teoría, la experiencia nos dice que es muy probable que no se cobre todo y, entonces ¿como manejaremos el flujo de tesorería sin remanente? Esta claro que el papel lo aguanta todo, veremos qué pasa con la realidad. Retrasaremos los proyectos – o al menos los pagos – o pediremos un crédito, no nos quedará otra.
Si los resultados son tan buenos, lo verdaderamente importante es que ese superávit, esos ingresos tengan reflejo en la sociedad tricantina. Pero no existe tal, no hay un aumento en la inversión en Servicios Sociales, en Educación, en Cultura. Un ejemplo claro es la política de becas para los libros escolares, sus restricciones hicieron que muchas personas se quedaran fuera y que de lo presupuestado se gastará menos del 15%. Otro ejemplo es lo ocurrido con las subvenciones de 2015 a las asociaciones tricantinas que, a día de hoy, todavía no han sido abonadas.
El resultado del presupuesto nos debería permitir atender mejor a los vecinos, mejorar los servicios, especialmente los de carácter social y el mantenimiento de la ciudad. Esa fue nuestra demanda en la presentación de los presupuestos del presente año y esa será nuestra pelea durante los 4 años de mandato. Las personas son prioritarias frente a las cuentas.
Redaccion