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Opinión

Cuando las cosas van mal, siempre pueden ir a peor

Tres Cantos, 03 de enero de 2019.- Los vecinos que todavía resisten en las 1.000 viviendas de Tres Cantos son perfectamente conocedores de lo que significa la frase: “Cuando las cosas van mal, siempre pueden ir a peor”. Por desgracia llevan años sufriéndolo en sus vidas, exactamente desde que irónicamente tuvieron la “suerte” de ser beneficiarios de una vivienda en alquiler con opción a compra del Plan Joven de la Comunidad de Madrid.
Las viviendas sorteadas de 70 m2 construidos, más trastero y garaje, por 441€ de alquiler y 120.000€ de compra, se convirtieron en viviendas de apenas 50 m2 y alquileres superiores a los 600€ durante estos años. Ahora, doce años después, su actual propietario, Fidere, que compró las viviendas a FFCC por 72.000€ cada una, va a vendérselas a sus adjudicatarios por 180.000€. Los vecinos que no ejerzan su derecho a compra y opten por continuar con el alquiler sufrirán un incremento de unos 100€ mensuales cada año, durante los 3 años siguientes.
A finales de diciembre de 2018, estas viviendas cambiaban su calificación de vivienda protegida a libre. Fidere debía comunicar vía burofax esta situación y las nuevas condiciones a los adjudicatarios que a su vez, debían trasladar su decisión al propietario: o continuar alquilados con las nuevas condiciones impuestas por Fidere, o ejercer la opción de compra con 60 días para escriturar y hacerla efectiva, o dejar las viviendas que eran sus hogares hasta el momento.
La odisea para ejercer su derecho a compra de los vecinos de las 1.000 viviendas continúa. Algunas tasadoras, a pesar de la recomendación del Director General de la Vivienda de la Comunidad de Madrid para tasarlas como vivienda libre, las tasan según el precio de vivienda protegida (120.000€). Como consecuencia los bancos financian el 80% de ese valor, solo 96.000€, mientras que Fidere las vende por 180.000€.
Por si todos estos impedimentos no fuesen suficientes, Fidere hipotecó las fincas sin hacer el registro horizontal de la carga de las viviendas un mes antes de que se cumpliera el plazo para ejercitar el derecho de compra por los adjudicatarios. Como consecuencia no se podrán escriturar las viviendas hasta que la empresa las registre o elimine la carga.
Para rematar, y ante la más que posible situación de no poder escriturar en el plazo de los 60 días a consecuencia de todos los impedimentos, los futuros compradores se están viendo obligados a firmar una adenda realizada de manera unilateral por Fidere, en algunos casos con cláusulas abusivas, arriesgándose a quedar en precario si no la firman. Como consecuencia se arriesgan a perder las ofertas hipotecarias obtenidas puesto que tienen un plazo limitado.
En este caso, por desgracia, está claro que se cumple el dicho  “cuando las cosas van mal siempre pueden ir a peor”. Lo más doloroso e injusto es que se trata de algo tan vital como la vivienda, y más aún, de una vivienda que suponía hace años cuando se sortearon el sueño de muchos jóvenes tricantinos.
 
Verónica Gómez Gallego
Concejala del Grupo Municipal
Socialista de Tres Cantos

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